miércoles, 22 de abril de 2009

Crítica: "Gran Torino"



Puntuación: 9

Cuando hablamos de Clint Eastwood estamos hablando de calidad y maestría detrás de las cámaras. Ganador de 4 Oscars, nos presenta una nueva película que estrena tan solo 4 meses después de su última gran película, "El Intercambio".
"Gran Torino" nos cuenta la historia de Walt Kowalski, un mecánico jubilado y malhumorado que tras el fallecimiento de su mujer se queda solo en casa reparando cosas, bebiendo cervezas y despreciando sin ningún tipo de pudor a toda su familia y a sus vecinos, ya que ahora el barrio se ha llenado de inmigrantes hmongs (a los que él llama "jamón"). Totalmente resignado y cabreado por este hecho, Walt quiere pasar el resto de su vida con tranquilidad, tratando de evitar que el padre Janovich (Christopher Carley) le haga confesarse para cumplir así la última voluntad de su difunta mujer. Pero toda esta situación cambia cuando a Walt tratan de robarle su más preciado tesoro (a parte de su perra): su Gran Torino.



La película destaca por su estética y por un guión que establece una lucha moral para el protagonista entre lo conservador y lo progresitsa. Esta lucha interna se intensifica al referirnos a Clint Eastwood, el clásico vaquero norteamericano que durante muchos años destacó por su masculinidad y su fervor americano para luego, ya en los 90, ofrecernos una visión totalmente distinta de su persona al ponerse detrás de las cámaras y crear películas como "Los Punetes de Madison", "Mystic River", "Million Dollar Baby" o "Cartas de Iwo Jima" en las que muestra una sensiblidad inaudita en él y un gran factor humano. "Gran Torino" muestra todas estas características en el personaje de Walt y es también el propio Eastwood al igual que hace Walt quien lucha contra el factor conservacionista que tanto le ha caracterizado para tener una mente más aprturista.


Clip de la película "Gran Torino"

Destaca sobretodo la relación que Walt crea con sus dos jóvenes vecinos hmong (los debutantes Ahney Her y Bee Vang) al tener algo parecido entre parental y de amistad, sacando a flor el dilema interior que se crea en el personaje ante la posibilidad de contemplar lo bueno como algo que antes creía malo y viceversa. La película destaca en todos los ambitos: desde una imagen y estética perfectamente tratadas por el director de fotografía que siempre trabaja con Eastwood, Tom Stern, nominado al Oscar por "El Intercambio", y el guión de Nick Schenk basado en una historia casi real que le inspiró.
Un rodaje que fue rápido (apenas 3 semanas, como lo fue "Million Dollar Baby") ya que fue casi seguido a "El Intercambio", pero que nos ha dejado una gran película en donde las relaciones humanas y los conflictos morales son los principales puntos a tener en cuenta. Como un detalle curioso y gracioso, hay que destacar la relación que Walt establece con la abuela hmong: odio por los extranjeros y odio el uno por el otro, a pesar de no hablar el mismo idioma, pero ser en el fondo tan parecidos y un reflejo el uno del otro perteneciente a otra cultura distinta.
Una gran película recomendable y necesaria, una de esas grandes historias olvidadas por los grandes premios.

Lo mejor: Clint Eastwood, tanto delante como detrás de las cámaras
Lo peor: Que no se exprima más la relación de Walt con la abuela hmong.


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